Danzas de rituales

La Danza Ritual es una expresión cultural cargada de vivencias subjetivas, emocionales, al vivir la danza como manifestación espiritual, induce a rendir culto a ciertas energías protectoras, haciendo de la danza un acto estrictamente ritual.

LA DANZA DE LOS CHINELOS

Llegada la temporada de carnaval, las calles de los pueblos morelenses se convierten en el cauce de un río multicolor alimentado por los atuendos de los llamados “chinelos”. Estos singulares danzantes hacen su aparición ataviados con máscaras de madera, sombreros coronados de plumas y túnicas aterciopeladas con bordados alusivos a dioses y a personajes prehispánicos. 

La vestimenta típica de los chinelos es especialmente llamativa por las incrustaciones de lentejuelas y chaquira que realzan su carácter festivo.

LA DANZA DE LA PLUMA

Esta danza es de origen Azteca-Zapoteca, culturas que dejaron plasmado conocimiento acerca del Universo en la estructura central de Monte Albán. Con la danza de la pluma buscaron representar la existencia de ocho planetas y su movimiento alrededor del sol desde tiempos prehispánicos. Además, es llamada la máxima danza del estado de Oaxaca.

El vestuario corresponde a las estrategias de evangelización indígena. Así lo demuestra al ser una alegoría de los ornamentos sacramentales que, en el rito católico, utilizan los sacerdotes cuando ofician misa. El complemento más vistoso del traje es el penacho. En una base de hojalata denominada corona, tiene grabados jeroglíficos, montan un armazón de carrizo sobre la que fijan plumas de colores formando un semicírculo, adornadas con listones prendidos con espejos grandes, enmarcados en hojalata, conocidos como medallones. En la periferia, hacia el frente, van distribuidos siete gallitos o azucenas (pequeños mazos de plumas) y hacia atrás, aproximadamente 30 centímetros abajo de la periferia, cinco de estos gallitos. 

DANZA DE LOS CONCHEROS

El origen de estas danzas se remonta a la independencia de la tribu azteca cuando deja de ser tributaria del reino de Azcapotzalco. Bajo la dirección de Tlacaelel se inicia la organización de la vida social y sobre todo la vida religiosa, asentando los fundamentos de expresión, esplendor y grandeza del pueblo azteca que perdura por medio de las danzas. Hoy los concheros son grupos de danza ritual, la cual tiene raíces mexicanas prehispánicas y está vinculada a diversas fiestas religiosas.


La vestimenta se caracteriza por coloridos disfraces que constan de un faldellín, rodilleras, muñequeras, pectoral y un penacho de plumas. Las plumas ahora son de faisán, de pavo real, de gallo, artificiales o de avestruz. La tela del vestuario suele ser brillante y de colores muy vivos. Se utilizan los ayoyotes, también conocidos como tenabaris, en los tobillos, y una sonaja en la mano derecha.

LA DANZA DE LOS VOLADORES DE PAPANTLA

La Danza de los voladores de Papantla ritual es herencia del pueblo totonaca y es una de las danzas más conocidas e impactantes del mundo, no sólo por su espectacularidad, sino por su poderoso simbolismo vinculado a la fertilidad de la tierra y la espiritualidad que vincula a los hombres con la naturaleza.

El ritual comienza desde la elección del árbol que se convertirá en “el palo volador”. Después de talarse y bendecirse, es llevado al sitio donde se llevará a cabo la danza; entonces se cava un hoyo donde, además de depositar una ofrenda consistente en una gallina viva y chiles de diferentes variedades, se incrustará y sostendrá el tronco.

LA DANZA DE LOS QUETZALES

Es una danza característica de los estados de Veracruz y Puebla, cuya denominación alude a los quetzales mediante los grandes penachos que los bailarines utilizan sobre su cabeza. Éstos se elaboran con plumas multicolores y son de forma circular mientras que la vestimenta consiste en pantalones anchos de terciopelo rojo, camisa blanca y una capa y pañuelo que se coloca en el pecho. 

Los pasos de la danza tienen un significado agrícola, y deben ejecutarse con gran precisión para mostrar la belleza de los penachos y que éstos no se enreden o se caigan. Los bailarines forman una cruz que alude a los cuatro puntos cardinales, y se mueven de forma circular en alusión al paso del tiempo, por lo que se considera que tiene un significado astronómico.


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